jueves, 12 de noviembre de 2009

El roto de mi descosido

 



Siempre he tenido un poco-bastante mala suerte en el amor. Y no porque no haya encontrado pareja precisamente, sino porque todas mis relaciones han acabado por falta de eso mismo, de amor.

Como en cualquier relación social creo que el problema era el de siempre, la incompatibilidad de caracteres. Al principio es todo tan bonito...y tan nuevo. Nuevas ilusiones, nuevos besos, nuevas caricias, nuevo cosquilleo en la barriga...; vamos, nuevos polvos. Es lo que tiene la química, que nos engaña y manipula, ¿de qué iban a comprar las adolescentes los discos de Fran Perea sino por culpa de las hormonas?

Mi primera relación se rompió porque le gustaban demasiado los principios, y después de 4 años... como que pegaba más un final. La segunda se rompió porque le gustaban demasiado los sábados de copas; y los viernes, y los jueves, y los domingos... La tercera fue por culpa de la play; y mira que intenté aprender a jugar al proEvolution para que tuviéramos algo más en común que la palabra cari, pero no hubo manera. Desde entonces siento una especie de resignación a quedarme sola para siempre, o a ingresar de verdad como Benedictina.

Sinceramente me parecía imposible conocer a alguien con quien entenderme como espero. Peeero me he vuelto a emparejar. Llevo un tiempo saliendo con un chico, pero me da miedo pensarlo, escribirlo, decirlo o que se me note demasiado, por si la cago de nuevo. Tenía una amiga que estaba deprimida porque nunca tenía con quien ir a las bodas; siempre le preguntaban que cuando se echaría novio. Yo, en cambio, temo que me inviten a una por si me dicen eso de ¿éste tampoco?

Pero esta vez parece diferente. Creo que he encontrado a mi media naranja. Siempre he pensado que el amor es cosa de ir probando gajos, y gajos, hasta que se acabe la naranja entera. Que es una putada para el planeta seguir trayendo nuevas personas al mundo. Que para no contribuir con esta barbarie contra la dignidad y la libertad jamás hay que tener nada que ver con bancos, euribors e hipotecas. También estaba convencida de que no existiría sobre la tierra alguien del sexo opuesto, guapo, inteligente, sensible, con sentido del humor, que no le gustara el fútbol ni la play, ni salir de copas, que fuera parecido a mí, que le gustaran también los enmedios, que fuera dulce, cariñoso, divertido, y que encima yo le gustase con tooodos mis defectos.

Estoy preocupadísima. Desde que conocí a esa persona ideal no hago más que pensar en hipotecas, bebés, vecinas y pucheros. He ido a comprarme ropa ya tres veces. Hasta me entra cosilla cuando veo las fotos de boda en las tiendas de fotografía, con la grima que me han dado siempre... y el otro día me tragué el video de boda de su tía que duraba ¡dos horas!. Cuando veo un bebé me lo imagino con su cara, y babeo con esos zapatos tan pequeñitos. ¿Qué me pasará? ¿serán las hormonas de los 30? ¿los polvos nuevos? ¿qué coño es ese repelús que me sube por los codos y me pone cara de tonta? ¿el amor se siente en los codos? ¿Por qué me cuesta tanto ser yo la que cuelga el teléfono? Estoy enferma, no cabe duda: me he enamorao.

¿Pero cómo no iba a hacerlo? Los viernes los pasamos viendo pelis o leyendo juntos poesías. Nos abrazamos. Los sábados vamos de excursión, o a hacer fotos. Nos amamos. Por las mañanas vemos los dibujitos. Hacemos comidas ricas. Paseamos. Desbaratamos el mundo para volverlo a arreglar. Conversamos. Le interesan mis cosas, me interesan las suyas. Compartimos, aprendemos. Echamos polvos. A veces no los echamos. Sus defectos me parecen maravillas, los míos lo enamoran. Se pasa ratazos haciéndome cosquillitas, y encima le parezco la chica más guapa del mundo.

A los dos nos consideran -sigo sin saber por qué- raros; a los dos nos decían que teníamos complicado encontrar alguien afín. Pero mi querido refranero popular vuelve a ganar la batalla: siempre hay un roto para un descosido.

p.d: Te quiero de aquí a Potes a la pata coja con un chino en el zapato bordeando por to el Camino de Santiago en pleno Agosto, niño
(Es que también lee mi blog... Eso sí que es amor)

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