miércoles, 28 de marzo de 2007

La crudeza onírica de Witkin



"Esta vida es un sitio para ensayar, debiera de ser un ensayo sublime". Joel Peter Witkin.

Así transgrede Witkin el arte fotográfico, mediante ese "sublime" ensayo donde juega a mezclar la carne con sombras, horror, sueños y muerte, para mostrar algo tan natural como la vida. Porque también forman parte de la vida los enanos, los deformes, los hermafroditas, los diferentes. Por mucho que se trate de ocultar, por más que apartemos la mirada.

Su particular visión del arte, dice el fotógrafo, proviene de algunos traumas de su infancia. En una ocasión, por ejemplo, presenció un accidente en el que una niña resultó decapitada. Sus fotos, que provocan en el espectador igual rechazo que una desconcertante atracción, impactaron a la opinión pública. Incluso ha llegado a ser acusado de explotador, siendo marginado como artista en diversas ocasiones.

Sorprende la estrecha relación de Witkin con la pintura y el catolicismo, sus complejas creaciones a menudo evocan pasajes bíblicos o pinturas famosas. Su mayor influencia fue Giotto, del que adquirió la forma de sus composiciones. El Bosco y Goya son otros de los pintores con los que se le compara.

Witkin busca liberar a la humanidad del velo opaco del canon clásico de belleza. Nos recuerda con sus llamativos trabajos que la fealdad y la muerte también forman una parte vital de nuestra existencia, y debemos acostumbrarnos a ella. Debemos observarla con la naturalidad con la que aparece en nuestras vidas y que merece, y olvidar ese absurdo deseo de eternidad y perfección que -cada vez más- tanto daño hace.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Richard Bona, música en estado puro

Richard Bona nació en 1967 en Minta (Camerún), en una familia de músicos. Con pocos años de vida empezó a dar muestras de su vocación musical, y ni siquiera las carencias de su entorno consiguieron frenar esa pasión. Fabricaba sus propios instrumentos con maderas, y por cuerdas usaba cables de bicicleta. A los ocho años ya tocaba por todo el país con su guitarra y su balafón.

Cuando tenía veintidós años su padre murió y entonces decidió trasladarse a París para seguir estudiando música, esta vez en una escuela. Allí se vio influenciado por grandes artistas como Miles Davis o Chet Baker, y empezó a tocar por todo el mundo colaborando con grandes del jazz, el pop, o la música latina, como Herbie Hancock, Chick Corea, Bobby McFerrin, Randy Brecker, Paul Simon, Chaka Khan, Harry Belafonte o Tito Puente. Cantante, músico y compositor, este polifacético artista es más conocido como bajista, aunque domina a la perfección diferentes instrumentos.

Su estilo -una mezcla de jazz contemporáneo con ritmos de bossa, cha cha chá, funky, o rhythm & blues, fundidos con la música de su tierra natal-, buen hacer, gran sensiblidad y esas divertidas puestas en escena, hacen de Bona uno de los más atractivos músicos del panorama actual.

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SU OBRA:
Su breve discografía Scenes From My Life (1999), Reverence (2001), Munia: the Tale (2003) y Tiki (2005) demuestra que Bona es un músico de los de verdad, de los que se gana la vida dando conciertos en directo. Podemos verlo en selectos clubs y a través de festivales de Jazz de todo el mundo. En ellos da muestra de sus grandes dotes no solo como músico, sino también como comunicador, pues consigue establecer con el público una gran complicidad. Sus letras, llenas de historias reales y temas existenciales, consiguen transmitir toda una gama de emociones a pesar de estar cantadas casi en su mayoría en Douala.


Con el Pat Metheny Group:


En el Festival de Jazz de Vitoria:

martes, 13 de marzo de 2007

Sophie Calle, quimérica realidad

Insegura y excéntrica desde su infancia, esta parisina nacida en 1954 tuvo siempre una desmedida necesidad de la aceptación y el amor de sus semenjantes para encontrar la felicidad y afianzar su identidad. Así fue como empezó a buscar a su alrededor historias en las que poder refugiarse de sus frustraciones y ansiedades.

Su principal objetivo se convirtió entonces en la búsqueda de personas, objetos, lugares o situaciones que le dieran rienda suelta a su versátil imaginación, para construir a partir de ellas sus dispares reflexiones. Prestaba atención a los pequeños rituales cotidianos para componer su peculiar visión de la vida y, marcada por la casualidad, emprendió una floreciente carrera artística.

Y es que, quién no ha jugado alguna vez a inventar la historia del misterioso vecino de enfrente, o ha elucubrado sobre los pensamientos del viajero sentado a su lado en el vagón del tren; quién, al escuchar la seductora voz de un desconocido al otro lado del teléfono, no ha intentado imaginar sus rasgos. Quién no ha sentido el cálido regocijo en el abrigo de la ficción, en la que perdemos nuestra propia identidad para introducirnos en una nueva experiencia, donde todo parece previsto, donde poder abandonarnos sin miedo.

A través de sus obras Sophie Calle libera esos miedos y el afán fisgón que llevamos dentro, extrae el lado ficticio de la realidad para rescatar románticamente nuevas visiones de ésta, otorgando la importancia que merece al mundo de las emociones. Analiza lo inadvertido y da relevancia a lo banal, en un intento de "reconstruir la esencia de algo partiendo únicamente de mínimos fragmentos". Sus fotografías, apoyadas con textos, comprenden la mayoría de sus trabajos, difundidas a través de medios de comunicación y galerías de arte.


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SUS OBRAS:

Los durmientes (1979): "Lo que me gustaba era tener en mi cama gente que no conocía, de la calle, que no sabía lo que hacían, pero que a mi me daban su parte más íntima, (...) ver como dormían ocho horas por la noche, como se movían, si hablaban, sonreían. Esta gente no sabía quién era ni qué hacía..."

Suite veneciana (1980): "Regresé a Francia después de pasar siete años en el extranjero. No conocía a nadie. Me sentía perdida en mi propia ciudad. Así que decidí seguir a desconocidos y que fueran ellos quienes decidieran a donde ir. Siempre he estado organizando ritos en mi vida; la mayoría nunca los he usado para mi trabajo. Hay gente a la que he seguido un año entero, pero no he publicado ni he usado ese material. Un día seguí a un hombre hasta Venecia..."


Suite veneciana

El hotel (1983):
"Es una obra que procede de Suite veneciana. En Venecia pasé horas y horas en la calle, esperando a que saliera del hotel el hombre al que seguí. Siempre que le perdía de vista regresaba al hotel. Empecé a soñar con ir a su habitación. Intenté conseguir una habitación en el mismo hotel pero no tuve éxito. Así que empecé a imaginarme cómo sería su cuarto, y qué sensación produciría estar dentro. Cuando volví a Venecia intenté que algunas de esas fantasías se volvieran realidad"


El hotel

El detective (1981): Sophie Calle encargó los servicios de un detective privado para que le realizase un detallado seguimiento fotográfico, sin que ésta se diera cuenta. Despues comparó el estudio del detective con su propia crónica de aquellos días.

Los ciegos (1986):
"Hice este trabajo en Francia y Australia. No sé por qué pregunté sobre la belleza. Simplemente, me encontré con un grupo de ciegos en la calle y uno le decía a sus amigos: 'Ayer vi una película preciosa'. Tardé dos años en terminar esta obra. Tenía miedo del elemento de crueldad implícito en preguntarle a una persona ciega qué es la belleza. Además en esta obra volvemos a encontrar la idea de mirar sin ser mirados. No se trata aquí de una investigación sobre la idea de belleza. No me interesa demostrar que los ciegos pueden ver"

Las tumbas (1990):
"Muchas de mis obras se relacionan entre sí. Hay un vínculo entre Las Tumbas y mi obra anterior. Las tumbas de Brother y Sister se sitúan entre las primeras fotografías que hice a finales de los años setenta. En aquellos días yo vivía en California. No creo que esta obra sea una coincidencia. Me gusta visitar los cementerios, me siento cómoda en ellos, paso mucho tiempo ahí. Cuando estaba en el instituto tenía que cruzar el cementerio cuatro veces al día, y mi primer piso daba a un cementerio. Las tumbas son una de mis obsesiones personales."



Las tumbas

No sex last night (1992): Película codirigida por Sophie Calle y Greg Shephard. "En la película que hicimos Greg y yo, está nuestra vida de una año antes, de un año después, está nuestro desastre, está el mes de cruzar Estados Unidos, hay sesenta horas de película... y al final nos quedamos con una hora y cuarto. En este sentido es ficción, hemos elegido enseñar cosas que han pasado, cosas que son verdaderas, pero ni yo estoy únicamente obsesionada con el sexo, ni él está únicamente obsesionado con su coche, como parece en la película; tenemos otra vida. Entonces, sí es ficción, hemos creado dos personajes obsesionados y hemos dejado fuera muchas otras cosas."

Ritual de cumpleaños (1996): Exposición compuesta por armarios donde muestra los regalos de cumpleaños que fue guardando durante una larga etapa de su vida.

Doble juego (1997): Calle mezcla su propia realidad con la ficción, siguiendo las rutinas que Paul Auster creó para uno de sus personajes en la novela del mismo nombre.


Manual de Nueva York (1998): Auster crea un personaje a petición de Calle, para que ésta pudiera reperesentarlo en la realidad. Así se inicia un proyecto donde la artista reflejaría la vida de Nueva York. Es un manual en el que el autor marca las pautas de comportamiento de Calle, que además anota en el manual sus reflexiones personales.


Manual de Nueva York

sábado, 10 de marzo de 2007

Stanley Kubrick, un genio del Séptimo Arte.

Si pensamos en las mejores películas de la historia es muy probable que en cada género cinematográfico aparezca el nombre de Stanley Kubrick. Experto fotógrafo y gran melómano, el neoyorquino nacido en 1928 decidió emprender su oficio como cineasta hacia 1950.

A través de sus filmes realiza un profundo análisis sociológico que incluye reflexiones sobre la historia, el estilo de vida americano, el erotismo, la violencia o el poder político y militar. Además, en varias de sus películas aborda un tema que parece apasionarle, la ciencia ficción, a través de la cual plantea la angustia vital del hombre. La diversidad estilística de sus filmes, y su paso por diversos géneros, han hecho de él uno de los cineastas más atractivos y menos encasillables de la historia del cine.

FUENTE: Historia del cine europeo: de Lumière a Lars von Trier

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SUS OBRAS:

Tras varios cortometrajes, Day of the Fight, Flying Padre y The Seafarers, realizó su primer largometraje, Fear and Desire (1953), que a pesar de su fracaso le sirvió para emprender su prolífica carrera como director.

El beso del asesino (1955), film enmarcado en el cine negro, y presentado a través de enredados flash-back, supuso el reconocimiento de Kubrick como cineasta.

Con Atraco perfecto (1956) se convirtió en toda una revelación. Al más puro estilo del cine negro, desarrolló su ingenio narrativo jugando con la temporalidad de la acción.


En Senderos de gloria (1957), un claro drama antimilitarista, hace una ácida crítica al ejército, donde las jerarquías, el poder y la falta de comunicación asemejan la organización de la sociedad.

Espartaco (1960) aportó a las películas de romanos un toque intelectual y comprometido que han hecho del film no solo uno de los mejores del género, sino de la historia del cine.

Lolita (1962), adaptación cinematográfica de la novela de Nabokov, consolidó a kubrick como el pretigioso director que ya era.

«Las elementales reglas literarias para las historias de amor exigen un final con muerte o separación de los amantes, no pudiendo darse jamás que éstos consigan reunirse para siempre. Es también esencial que la relación deba escandalizar a la sociedad o a sus familiares. Los amantes deben ser condenados al ostracismo. Sería muy difícil construir una historia moderna que pudiera adherirse, con visos de realidad, a estas normas. En este aspecto creo que sería correcto afirmar que “Lolita” es una de las pocas historias modernas de amor.» Kubrick.

¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú (1963) , divertida comedia negra, ofrece una inteligente, locuaz y angustiosa sátira de la guerra fría y el peligro de las armas nucleares.

"Yo no olvido nunca que el cine es, ante todo, un medio de comunicación de masas. Ahí reside su funcionalidad política. Tal vez haya quien me acuse de posibilismo, pero estoy convencido de que es más efectivo un filme comercial ideológicamente consecuente que un panfleto político undergroeund". Kubrick.

2001, una odisea del espacio (1968), además de su gran éxito en el cine de ciencia ficción, supuso su incursión como compositor de sinfonías visuales, que consiguió con la ayuda de piezas de música clásica.

La naranja mecánica (1971) reproduce la pesimista visión de una sociedad futura, donde la violencia y la ausencia de valores generan el caos social.

Barry Lyndon (1975) , maravillosamente conseguida película de época.

El resplandor (1980). Adaptación de la novela de Stephen King, es una de las películas de terror más afamadas de la historia del cine.

La chaqueta metálica (1987) , inmejorable film bélico sobre la guerra de Vietnam, describe el proceso de deshumanización que sufren los soldados hasta convertirse en armas de matar.

Eyes wide shut (1997) fue su última película. Misteriosa e inteligente reflexión sobre las relaciones humanas.





martes, 6 de marzo de 2007

Un asombro pendiente: letras cubanas

Las letras cubanas ofrecen un amplio abanico de asombros literarios, como es el caso de Luis Manuel García, escritor, periodista y docente, nacido en la Habana en 1954. Un asombro pendiente es el sugerente título de uno de sus libros de poesía, publicado en 1994.

Se lo cojo prestado para hacer mi homenaje a los que nos ayudan a mantener viva la capacidad de seguir asombrándonos.
Un pequeño hueco en la vasta blogosfera para los que apreciamos y disfrutamos la sensibilidad y el arte, y andamos siempre buscando un nuevo asombro por descubrir.

"Un conocido escritor se sentó en mi banco el verano pasado. Traía un invierno portátil bajo su abrigo y todos los personajes de sus libros instalados en los ojos. En la superficie, los melancólicos, trágicos y muertos antes del décimo capítulo. No se dio cuenta de mi presencia. No ya de mi presencia literaria, sino incluso de mi presencia transeúnte, trivial. Se introducía maquinalmente las manos en los bolsillos y extraía semillas, hojas de almendro, papeletas de cine, recortes de cartulina. Los iba deshojando con la minuciosidad de un asesinato sensu Agatha Christie. Cuando se marchó, no pude apartar la impresión de que un árbol había desequilibrado para siempre a mi maestra de biología, echando a andar. En el suelo, encontré esta carta sin destinatario, sin fecha, sin remitente y sin esperanza". (Un asombro pendiente)


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SUS OBRAS:

Además ha publicado, entre otros, volúmenes de cuentos, poemarios y novelas, que le han hecho ganar diversos premios.
Sin perder la ternura (1987)
Los amados de los dioses (1987)
Los forasteros (1989)
Recuerdos del olvido (1992)
Salto mortal (1993)
Utopiario (2003)
Habanecer (1992)
El restaurador de almas (2002)

Te debo un acto de amor
cuando no sólo parezca que la tierra tiembla,
sino que tiemble de verdad.

Te debo el momento en que una flor
pone cara de asombro.

Te debo una llamada telefónica
donde ardan las palabras y creemos,
en materia de comunicaciones,
una catástrofe nacional, irreparable.

Te debo un animal doméstico
que sea mitad delfín y madreselva,
un animal que desentierre diamantes de tu jardín
y se los coma.

Te debo el último recuerdo de un ahogado;
un aguacero en el Sahara,
una insolación en Queen Maud Land,
una nevada en Veintitrés y L.

Te debo la agonía de una libélula aplastada
contra el parabrisas.

Te debo la sombra del tiempo,
no su presencia dolorosa;
el momento justo en que toda la ciudad hace silencio
y se escucha a decenas de kilómetros
el ruido, al caer, de una moneda.

Te debo mi adolescencia, la que debí tener.
Te debo un curso sin examen final sobre el significado de la palabra lejanía.

Te debo el vídeo de un sueño
y una foto, tipo carné, de la ternura.

Te debo la melancolía de un eunuco enamorado.

Te debo un elefante bonsai;
un bombillo incandescente donde nade,
al encenderlo, un pececito verde.

Te debo un dragón domesticado
por la princesa del castillo.

Te debo un amanecer detenido en los relojes
mientras hagamos el amor.
Y que la humanidad nunca descubra
esa hora de retraso.

viernes, 2 de marzo de 2007

El síndrome de Estocolmo






-Me encantan los animales. Tengo un montón en casa: un canario, un loro, un hurón, una iguana, dos huskys siverianos, un gato, tres tortugas de agua, y peces. Y eso que vivo en un piso… Hasta mis vecinos me preguntan si estoy preparando el arca de Noé, jajá. Es que me gustan tanto los animales…, los adoro-

Ésta es la típica frase de los que se creen fervientes amantes del mundo animal. Tiene gracia, cómo se puede ser tan incongruente e hipócrita, y encima ni darse cuenta.

A mi también me encantan los animales.
Lo primero que tuve fue una tortuga de tierra, de esas grandes. Bartola se llamaba, qué carita más graciosa tenía. En su agitada vida lo más emocionante parecía ser resbalarse con sus afiladas uñitas en el liso suelo, o salir de debajo del sofá llena de pelusas. Creo que no pudo aguantar tanta felicidad y un día, sin previo aviso, se lanzó desde el balcón.

Unos años más tarde tuve la feliz idea de tener un hámster: León, mi gordo y peludito ratón. Qué contento se puso el día que mi vecina me regaló una novia para él, pero ya nunca fue el mismo a partir de aquello. Se pasaba el día dale que te pego, ya no tenía tiempo para jugar conmigo, y enseguida la hámster hembra se quedó en estado y tuvimos que separar a mi León por si le daba por comerse a sus propias crías. El resultado fue que mi leoncito se escapó de casa, y la borde de la hembra tuvo un montón de ratoncitos que tuve que regalar. Le dejé un hijito para que no sintiera tan sola, pero cual fue mi sorpresa cuando al poco tiempo estaba de nuevo embarazada, ¡de su propio hijo!
–Si es que tanto encierro vuelve tarumba a cualquiera- pensé. Así que me deshice de ellos.

Un día, después de muchos años, me encontré con un cachorro perruno que estaba solito en la calle, muy asustado, llenito de pulgas, tan pequeñito...
Lo hablé con él seriamente:
-¿seguro que quieres venir a vivir conmigo? Vas a tener que pasar el resto de tu vida encerrado, privado de cualquier tipo de contacto con los de tu especie, y probablemente incluso mueras virgen…-
Pero su lametón en la cara me dio la respuesta.

Al principio no supimos si era macho o hembra, ¿qué sería aquello tan respingón que tenía entre las patas? (Estos niños de ciudad...). Era hembra. Pronto se hizo la dueña de la casa, y la dueña de nuestros corazones. Pero no puedo obviar lo que significará tal encierro para mi pobre perrita, que al fin y al cabo es un ser vivo, libre por naturaleza, como todos.
Pronto llegaron los embarazos psicológicos. Como no veía su instinto maternal satisfecho, le daba por adoptar a su pelota como hijito. A ratos la cogía con sumo cuidado con el hocico para llevarla a su camita y llorar desconsolada mirándola, a ratos le pegaba unos porrazos para jugar, que la hubiera matado de haber sido un perro pelota de verdad. Por no hablar de la “saliera”, claro. Pierna que veía, pierna que se quería beneficiar. Ahora la verdad es que ni ganas de eso tiene. Su vida se ha vuelto como la de muchas marujas, tardes de aburrimiento viendo el programa de Ana Rosa.

-¿Y que?- Me dicen muchos. -Ya quisiera yo esa vida para mi, todo el día durmiendo, comida gratis, caricias y mimos por doquier-
Incluso algunos tienen la osadía de decir que ellos son muy felices, que les encanta vivir así… ¡Já! (corte de manga incluido), ¡¡lo que tienen los pobres es un síndrome de Estocolmo como la copa de un pino!!

De todos modos está claro que a los pobres perros no les hemos dejado otra opción que vivir adoptados en nuestras casas, porque sino su destino sería vivir enjaulados en la perrera a la espera de la muerte. Sí, como en la prisión de Guantánamo.
Así que si decidimos adoptar a uno, hay que ser responsable y cuidarlo con cariño, para siempre, que no son un juguete.

Hago desde aquí una llamada a la sensatez.
Si tienes un lindo canario que te alegra las mañanas con su gracioso trinar, o un loro parlanchín. Si tienes una exótica iguana, o serpientes. Si tienes peces de colores, tortuguitas de agua o hamsters. Si tienes ardillas, hurones, o perros de la nieve, etc.
¿De verdad crees que vivir en una jaula, un terrario, una pecera o un hábitat que no es el suyo, es lo mejor para tus queridos animales? ¿de verdad crees que así son felices?

Si contestas que sí, vete a tomar por saco, ¡¡bruto insensible!!
Si por lo menos te he hecho pensar un poco…, por favor, no sigas haciendo tales burradas.
El tráfico y comercio de animales es casi tan horroroso como el tráfico de personas, no contribuyamos a ello, ni ayudemos a los que se lucran con él.