La mayoría tuvieron una infancia traumática, quizá por ello, además de porque los vemos como pobres enfermos (aunque realmente no sean enfermos mentales con tales, sino más bien con rasgos de la personalidad marcados por ciertas diferencias), despiertan una especie de comprensión lastimosa a la vez que aterradora.
Este es mi pequeño tributo a algunos de los psicópatas de la gran pantalla, que tantos buenos malos ratos nos han hecho pasar.
Funny games

Spoorloos (Desaparecida)

El protagonista, definido en la película como sociópata, es un adorable padre de familia con una particularidad muy especial: en sus ratos libres se divierte planeando sádicos juegos que llevaría a cabo con víctimas escogidas al azar.
Una vez que lleva a cabo sus macabras intenciones se da cuenta de lo insaciable de su maldad. Y es así como emprenderá un terrible y angustioso juego que terminará con un final a lo Hitchcock que dudo que deje a indiferente a algún espectador.
The Comfort of Strangers (El placer de los extraños)

Paul Schrader, director de esta cinta, cuenta con películas de dudosa calidad cinematográfica según ciertos snobs cinéfilos. Pero solo con decir que dirigió El beso de la pantera (con la bellísima Nastassja Kinski) y que fue el guionista de Taxi Driver la cosa cambia, ¿no? Viendo el filme, a medida que van pasando los minutos, uno se pregunta qué demonios pasa, por qué siente esa clase de terror tan sutil que te va invadiendo hasta agarrarte a todo almohadón que haya cerca ¡cuando en realidad no pasa nada!. Los protagonitas parecen atraidos igualmente por la turbadora ingenuidad de las circunstancias, hasta quedar atrapados en una espiral de la que posiblemente jamás puedan escapar. Para rematar la faena, un fantástico Christopher Walken.
Henry, retrato de un asesino

Veraz retrato de la mente de un psicópata asesino traumatizado por una dura infancia. Dura, directa, explícita, atrapante.
Harry, un Amigo que os Quiere

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