jueves, 30 de abril de 2009

El regreso


El otro día me bajé una peli rusa a la que tengo ganas, El Regreso. Tuve que esperar a que mi amigo no tuviera planes para verla.


-Ya solo puedo ver las pelis en tu casa- le decía. -Qué pronto se acostumbra uno a la sociedad del bienestar-


Y es que mi amigo es de esas personas que en la mitad de su vida aún no ha cotizado nunca en la Seguridad social, no tiene trabajo, vive al día. Hasta hace poco no tenía ni sofá. Pero, eso sí, tiene una pedazo de tele LCD enorrrrme, y un equipo de sonido IMPRESIONANTES. Lo que se llama tener las necesidades básicas cubiertas. Así que las pelis las veo en su casa, que yo ni de eso tengo.


Allí que estábamos los dos en posición de disfrute (los cojines en la espalda y los pies encima de la mesa), introduzco la peli, y ¿quién sale? Buffy Cazavampiros.


Nunca olvidaré la mirada de mi amigo, me había cargado nuestro momento Cine de Barrio friki de la semana.


-Joder, ¡¡yo qué se!! ¡La gente cuelga las cosas cambiás! El otro día fui a bajar capítulos de Doraemon y me salieron dos guarrillas teniendo orgasmos desos del punto G. El mundo está patas arriba, ya nada es lo que parece, ¡yo que culpa tengo!


La cosa es que, como no había otra opción, empezamos a ver a Buffy en acción en una pelicula que prometía ser de mucho miedo: "Buffy está en la feria con su papi, pero de repente le entra mucho miedo porque oye una voz de alguien malo, y se esconde. Y así toda la pelí, escenas de Buffy con distintos modelitos, mientras oye en sus adentros la voz del hombre malo que le da mucho miedo.


Miedo el que empecé a sentir de mí misma. Me recordé a la mujer del bombero reconvertido de Farenheit 451, cuando observaba hipnotizada el pantallón LCD para ver el programa favorito en todos los hogares: La Familia. El cineasta Truffaut –basándose en la novela homónima del visionario Bradbury- plasmaba ya su preocupación por el mundo de la cultura y por el acuciante conformismo que empezaba a surgir con la llegada de la televisión. Y es que el invento se transformó en seguida en un arma más de manipulación que provoca, además, esa peligrosa felicidad tan transitoria como ficticia y hueca que consiste en “matar el tiempo”, y no vivirlo sacándole partido.

Vivimos inmersos en una sociedad meramente audiovisual, donde la caja tonta sirve a los poderes públicos y privados para condicionar y dirigir nuestras actitudes e intereses, y provocarnos necesidades ilusorias que acaban con la libertad y el sentido común. Una manipulación tan constante y extendida que casi nos hemos transformado sin darnos cuenta en autómatas cristianizados. Y a mí eso de poner la otra mejilla, como que no.

-Los pantallones son malos, los pantallones son malos...- Le decía a mi amigo. -Y si no, a ver...dime tú, qué coño es eso de LCD. Eso tiene un eufemismo escondío fijo, eso engancha, que te lo digo yo. ¿No ves que es la puerta a través de la que nos tienen engañaos en nuestra cara? Las cosas cuanto más descaradas, menos sospechosas, de toda la vida.

Y si no, ¿por qué todo el mundo sabe que los que van al Diario de Patricia son actores y aún así lloran con esas familias desestructuradas o esos pobres gays cibernautas sin maromo?
¿por qué todos sospechan que las Torres Gemelas las tiraron los mismos norteamericanos y siguen justificando las muertes de inocentes en nombre de la venganza yanki? (véase Borat)
¿por qué aparecen en la tele sólo el PSOE y el PP, como si no hubiera nadie más a quien votar?

¿por qué no reconocemos que el PP y el PSOE son la misma mierda, y aún nos seguimos peleando por las dos Españas? ¿por qué nadie reconoce que la política en este país tiene los mismos guionistas del Aquí hay tomate o Corazón de primavera? y en vez de apagar la tele y leer algo interesante ¿por qué encenderse en acaloradas discusiones políticas que cortan la digestión...?

Esto es de coña, somos partícipes de un teatrillo absurdo donde ejercemos de bufones ingenuos.
-To er mundo es bueno, que diría Sumer.

Este año conocí a uno que sabe cómo va la cosa. Se robó un LCD de estos enormes de la forma más curiosa. Dime, ¿como robarías tu un pantallón LCD del Corte Inglés? ¿Esperarías a que cierren? ¿Lo mandarías a domicilio a casa del vecino pa cuando llegara sacarle una navajilla al repartidor? No. El nota sacó un carrito de la compra con 50 céntimos, se acercó a la zona de los televisores. Aprovechó que jugaba España en el mundial de Baloncesto y, mientras toodos los vendedores y seguratas estaban pendientes del partido, el tío metió la tele en el carro, y se fue paseando tranquilamente hasta su coche aparcado fuera. Listo.

Que sí, que los pantallones son malos. No sé pa que querría el listillo ese uno, sería pa su mujer seguramente.

-¿Qué te apuestas a que al final resulta que la Buffy se enamora del que parece malo, que en realidad es bueno, y el malo es el padre, que se disfrazaba de hombre malo pa poder meterle mano cuando era chica, y la pobre tiene un trauma? Luego vendrá Jodorowski, le hará una sesión de psicomagia, y to arreglao-.

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