viernes, 7 de marzo de 2008

Hablar por hablar

 




¿Se ha sentido alguna vez burlada por el plantón de una amiga?

¿Su pareja le propone llevarla a cenar sin incluir el pequeño detalle de que será en casa de su suegra?

¿Aquel vecino que le prometió ayudarle con la mudanza se ha despertado con lumbago?

¿El tipo tan entrañable que conoció anoche se cambia hoy de acera cuando la ve?

Tranquila señora, aún podría ser peor.

 

Pero con el nuevo traductor de intenciones nocharlatans todo eso ¡va a cambiar!

 

 

Siempre he estado esperando ansiosa a que inventaran una máquina teletransportadora para que mi pobre monotonía tuviera un poco de vidilla, pudiendo comer un asado en Buenos Aires, para luego dormir la siesta en China, y tomarme el cafelito en Florencia.

 

Ahora sueño con el nocharlatans día sí día también.

 

Y es que no me entiendo con la gente de a pie, no hay manera. Parece que sus grandes bocazas se abren sin poder evitarlo para emitir extraños sonidos que provienen de unas cuerdas vocales de lo más informales.

 

Ya en la guardería me cabreaba enormemente que nos hablaran con esas voces ñoñas, tratando de engañarnos con que nos haríamos altos, esbeltos y guapos si nos comíamos toda la comida. No eramos gilipollas, solo niños. Además, yo siempre me comía la tortilla de la cristi y las lentejas de media mesa, de ser así hubiera sacado el tipito de Elle Mcferson, no el de Chenoa.

Ayy, si es que no entiendo por qué la gente no dice las cosas claras, nos ahorraríamos tanto tiempo, cabreos, tonterías y falsas sonrisas, ¿verdad?
Me hace gracia eso de "luego hablamos", o "mañana nos vemos", o "ya te llamo". Se que son expresiones frecuentes que esconden un simple adiós, pero no entiendo que de malo tiene la palabra para tener esa fobia a usarla...

 

Mas de una vez me he quedado esperando a alguien durante mucho rato hasta que me daba por llamarle para escuchar el típico "ah, pero como desde ayer no hemos confirmado nada...". Muy fuerte, de verdad.

 

Por no hablar de los millones de ofrecimientos amistosos o planes hechos con el mayor entusiasmo que al día siguiente se evaporaban detrás de cambios de tema radicales o caras de "uy, ¿esta de donde ha salido?".

Y bueno, que decir de los que siempre que te ven te dicen:

"A ver cuando nos tomamos un cafe"

Mi respuesta habitualmente sale a través de una super sonrisa maliciosa:

-Si casi tengo que perseguirte por toda la ciudad para que te pares a hablar conmigo...-

Pero ellos como si nada, los ojos hacia un lado, una sonrisita, y un "venga, tenemos que quedar ya sin falta la semana que viene".

Ofú, ¡¡es que encima parece que te están haciendo un favor!! No lo entiendo, de verdad que no.

Yo, desde luego, me niego a adoptar esa absurda técnica de hablar por hablar, con el fin de parecer amable y encantador en el momento, para despues quedar como un auténtico capullo.
Y mientras inventan de una puñetera vez un traductor simultáneo en condiciones, creo que mejor me voy a hacer la sordomuda para que nadie me moleste con tanta informalidad, tanta charlatanería, y tanta falsedad. He dicho.

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